Por: Dulce García | cydnoticias.mx |
En las culturas precolombinas, se realizaban a menudo rituales en la pubertad, con la intención de indicar una transición entre la adolescencia y la vida adulta. En el caso de las adolescentes mujeres, el ritual social formalizaba que un hombre pudiera casarse con ella y procrear para formar una familia.
Cuando las chicas llegaban a la edad de 15 años, eran llevadas a una escuela llamada Telpochcalli, y allí aprendían tradiciones, cultura e historia y se preparaban para el matrimonio.
Pese a que muchas de las ideas católicas de los españoles se impusieron tras la conquista en la Nueva España, la celebración de los XV años permaneció vigente entre los indígenas, ya que el fin de esta fiesta era mostrar a la nueva señorita en sociedad, y finalmente, las familias adineradas del Nuevo Mundo, la adoptaron.
En aquella época, las familias de la alta sociedad de la Nueva España, invitaban a otras familias que tuvieran hijos jóvenes, con la intención de casar a su hija con el joven que mejor conviniera a los intereses de la familia, lo que aseguraba lazos de parentesco con otras familias igual de adineradas y poderosas, asegurando mayor rentabilidad y beneficios en sus negocios.
La arraigada tradición de los XV años, se ha ido transformando con el paso del tiempo, y en la actualidad, ha tomado el significado de la culminación de la etapa de la infancia a través de la organización de una fiesta donde se celebra el cumpleaños número quince.
Con información de Claro y DirectoMx
