Por: Dulce García | cydnoticias.mx |
Inicialmente la temporada de sargazo duraba entre cinco y siete meses, y este 2023, se esperan nueve meses con la presencia de la macroalga en el Caribe Mexicano, ya que arribó de manera anticipada en febrero y seguirá así hasta octubre.
Especialistas de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales-Puerto Morelos, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM, publicaron un estudio en la revista indexada Elsevier sobre el sargazo pelágico, y señalaron que a las costas del Caribe mexicano, estas acumulaciones masivas anuales han ocurrido desde 2018, con una periodicidad y abundancia en aumento.
Quizá algunos no vivimos en el caribe y por ello desconocemos el fenómeno, aunque es importante hacer conciencia de que contribuimos también con el aumento de contaminación del océano, así como con nuestra huella ecológica reflejada en el cambio climático.
Para los investigadores, se desconoce el impacto del sargazo en manglares, bahías o arrecifes, por lo que es necesario seguir invirtiendo en ciencia; así como, destinar mayores presupuestos a programas de limpieza costera, pues por cada kilómetro de litoral, se requiere aproximadamente un millón y medio de dólares para mantenerlo a raya.
Finalmente, al tener esas grandes cantidades de sargazo ya recolectadas, su disposición también implica un plan y los costos que se generen, pues si se desecha de forma incorrecta, el sargazo puede contaminar ríos subterráneos y fuentes de agua dulce.
No debemos olvidar que el arribo de sargazo genera impactos negativos en la ecología, salud y turismo, con daños ecológicos como la “marea marrón” y la muerte de pastos marinos, fauna y corales, así como, la descomposición del sargazo en la superficie libera gases tóxicos, representando un riesgo para quienes lo recolectan y afecta el sector turístico.
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